La semana pasada, la asociación APOEMUR de orientadoras y orientadores educativos de la Región de Murcia realizó un encuentro-café en el que presentaron un interesante documento con sus preocupaciones y reivindicaciones en este principio de curso. Recogemos aquí un fragmento. Puedes leerlo íntegro en este enlace.
Entre nuestras peticiones a la Consejería de Educación se encuentra aumentar el número de Orientadores Educativos por número de alumnos en todas las etapas. Se nos convierte en Orientadores a tiempo parcial y en los comodines de los horarios, gracias a la autonomía de los centros y en contradicción con la normativa estatal que con la LOMCE no nos atribuye docencia alguna. Se priorizan las tareas burocráticas y en un centro medio de 600 a 900 alumnos encontramos Orientadores de cuya jornada solo disponen de de 3 a 6 horas para atender dificultades de aprendizaje, para desarrollar programas de prevención en convivencia o desarrollo personal, o para dar una orientación académica y profesional personalizada. En Infantil y Primaria la situación es similar, un orientador atiende de 4 a 6 centros. No se puede hablar de estrategias de éxito escolar sin más y mejor Orientación Educativa en los centros, en función del número de alumnos y no de las unidades de cada centro educativo o de la negociación de los Equipos Directivos con la Dirección de General de Planificación Educativa y Recursos Humanos cada curso escolar.
También queremos denunciar la situación actual de a Atención a la Diversidad que ha sufrido cambios muy significativos. Desaparecen Programas de Diversificación Curricular, de probado éxito por el número de alumnos que titulan en la ESO. Los nuevos programas que se ofertan (Programas de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento), no son programas, sino desdobles de materias troncales únicamente, y no arbitran vías de progreso, promoción y titulación. También desaparecen los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), última vía de reenganche a la enseñanzas obligatorias.
Por último, queremos señalar que la aplicación de la LOMCE en Secundaria este curso comienza sin tiempo para programar y conocer las nuevas materias que se van a impartir en Secundaria, sin formación previa, sin material didáctico definido y desconociendo los criterios de programación y evaluación. De forma improvisada y con exigencias a los profesores para poder implantar la ley. Los alumnos de primero de Bachillerato comienzan un curso desconociendo qué condiciones de acceso a la universidad les depara el futuro, con incertidumbre, y tienen restringidas las optativas al número de alumnos, lo que coloca a los centros pequeños en desventaja. No podemos olvidar que son unas enseñanzas centradas en las evaluaciones externas del alumnado, que priorizan estándares frente a metodologías de aprendizaje, que responden a la nueva tendencia economicista de la educación; sumándonos así con la implantación de la LOMCE en nuestra región al “Apagón Pedagógico”.
Asociación de Profesionales
de Orientación Educativa de Región de Murcia
Publicado originalmente en su blog: 19-9-2015